Un señor llamado Fernández de Mérida.

 La semi de la Supercopa´2023 Barça - R. Madrid, entre lo aséptico y el humor surrealista.

     Han pasado dos meses desde que asistí en Mérida a la semifinal de la Supercopa entre el F.C. Barcelona Femení y el Real Madrid C.F.F. que tuvo lugar el 19/01/2023. Tenía la intención de escribir algo sobre el partido pero especialmente en relación a todo lo que rodeó al evento, dándole un enfoque humorístico al tocarme en el asiento de al lado todo un personaje que me amenizó la velada a la vez que me dio la murga a ratos con sus batallas y exageraciones.

Tenía incluso notas tomadas en el teléfono, de las cosas fuera de contexto que me iba diciendo, frases "ingeniosas", comentarios desternillantes y otras historias con las que intentaba interactuar conmigo.

El tiempo es fugaz y en mi caso si no me inspiro pronto, si no saco lo que tengo en mente de manera inminente, si no traslado al "papel" las ideas que guardo, termino por arrinconar el asunto. Pero de esas que seguía rumiando el relato y finalmente me he decidido a publicarlo, en ese tono jocoso que pretendía y que fue tal como lo viví. A ello voy.


Con dos multas que aún estaban por caer, una reserva de alojamiento por confirmar sin que llegase el código para acceder al mismo a pocos minutos de entrar en el estadio pero con mucha ilusión por vivir un acontecimiento deportivo de tal envergadura, dejé a una familia conocida con la que compartí cerveza y tapa un rato antes en su puerta de acceso, repleta y con cola de tortuga, para enfilar la mía, localizar mi butaca y poder disfrutar de la previa.

Mucha presencia femenina, como nunca había visto en un partido de fútbol (sí, no he asistido a muchos). Mujeres hablando de fútbol, que se veía que controlaban de la materia. Familias con sus vástagos, niñas ataviadas con las indumentarias de sus clubes y escuelas. Se respiraba ambiente sano y festivo.

Gradas principales prácticamente llenas, no así los fondos. Gentío al que costaba arribar al recinto, ríos de personas transitando lentamente. Error de la Federación Española (la R.F.E.F.) cambiando sin motivo oficial la hora de comienzo del choque, con lo que ello suponía a gente que como yo procedía de otras provincias. Patadón en la espinilla a la logística. ¿Disculpas? Venga luego por su medalla y cuélguesela usted misma.

Tomo asiento. Al lado, una pareja busca, entrada en mano, su trono, pero se encuentran un trozo de cemento con columna. Vamos, que no había butaca habiendo pagado el billete. Ahí, en ese preciso instante, es cuando aparece el personaje de Fernández de Mérida, que así lo he apodado porque nunca supe su nombre, aunque me faltó esto para ello porque hasta me sacó varios carnés... Pero eso vendrá luego.

Total, que nuestro "amigo" escucha la conversación de la joven pareja que estaba estupefacta al comprobar que el número de asiento coincide con un espacio minúsculo de frío hormigón donde plantar el culo. Y le insta a que presente una reclamación. No le falta razón al Míster... Yo les comento que pienso igual, que es inaudito y que tras disfrutar del partido deberían hacer algo. Ahí quedó la cosa, hasta donde supe. Otro vuelva usted para la federación.


Con la cremallera del abrigo tensada casi pillándome los pelos de la barba, porque pensaba que iba a hacer más frío, fui relajándome, comprobando la atmósfera futbolística reinante, fijándome en detalles del calentamiento de las jugadoras, viendo la ubicación de las cámaras de TVE, mirando por si hubiera componentes de los otros equipos... Más tarde supimos de la presencia de Marta Cardona en la grada, a pocas filas de la mía, y con la que pude hacerme un selfi (ya se puede escribir así, según la R.A.E.) Y casi, casi salta al campo a disputar unos minutos porque por la megafonía del estadio la nombraron en el cambio de Marta Torrejón, confundiendo apellidos el speaker.

He visto un puñado de partidos del Sevilla F.C. Femenino en vivo y por streaming, pero éste sería especial por enfrentar a dos clubes importantes, los dos grandes del fútbol español, aunque el Real haya llegado de tacón, estando aún a ese nivel con respecto a las azulgranas y a otros equipos.

Tenía una especial ilusión por ver a las once de Jonatan Giráldez nuevamente en vivo, tras aquella apabullante goleada que le endosaron a las sevillistas la campaña pasada. Por la tele se disfruta, pero en directo es otra cosa, palpando la comunicación entre las jugadoras,  oyendo lo que se dicen, quedándote absorto por las conexiones y pases, etc. Es como la música en un concierto, no tiene parangón a escucharla en estudio, en tu equipo de sonido.

Un Barça - Madrid en el mejor momento de las merengues y con las blaugranas volviendo a dominar la competición doméstica. Se intuía que podría haber cierta igualdad, tal como así sucedió. 

Volvamos a mi asiento. A mi izquierda ya está inquieto Fernández de Mérida, un señor algo mayor, calculo que ya sexagenario, con bigotito casi a lo Cantinflas, con un aire al ínclito Sr. Wilson de la serie Daniel El Travieso, inquieto y muy hablador. Ya podéis intuir por dónde irán los tiros a puerta...

Lo primero que recuerdo de nuestro singular feedback que tuvimos durante los 120 minutos, es un comentario, al respetable (como fueron algunos otros, sin destinatario concreto), afirmando que se sorprendía de ver el Romano José Fouto, el estadio, con muchísima mayor afluencia que de costumbre. Luego, que "este va a ser un buen partido. El Madrí está muy bien".

Como yo asentía y le prestaba algo de atención, a la primera que tuvo, habiendo calentado ya en la banda, con el partido comenzado, avanzó terreno y empezó la retahíla. Sacó su decálogo del buen entrenador/aficionado, diciéndome cómo tenían que atacar las de blanco para poder llevarse la semifinal. 

También alternaba con otra persona que estaba a su izquierda y de cuando en cuando miraba su móvil. Y en esas me suelta que él es entrenador, "ssssssssshh", y ojeador, en un tono bajito, no fuera a ser que algún aficionado/a lo reconociera y tuviera que hacerse un selfi, digo yo...

Me enseñó un carné, o varios, ya no recuerdo, donde supuestamente venía su acreditación, y resultaba que a la par ¡era representante de jugadores!. Al saber que yo venía de Sevilla, casualmente me indicó que tenía a un infantil en este club, que prometía y que lo quería el Madrí. Ya empezaba yo a ver en mi cabeza la serie de Netflix "El fantasma del esférico".

Conforme fue transcurriendo el juego, las compañeras de la Alexia abrieron el marcador, obligando al conjunto de Sweet Caroline a apretar y arriesgar algo. La escocesa se lució de falta y empataron. 

Mr. de Mérida había aludido a una previsible prórroga, y hasta resultó que había posteado en su cuenta de Facebook algo al respecto, remarcando que, ¡ojo seguidores/as!, tanto las del Barsha como las del Madrí estaban ensayando los penaltis.

Llegamos a la prórroga con un Barcelona con una jugadora menos y el Madrid llamando a las puertas del cielo, porque nunca antes había estado tan cerca de ganar a su rival.

Mi compañero de entretenimiento, durante el descanso, se cala fugazmente un gorro del Barcelona, y me explica que no puede dejárselo puesto porque no está bien que le vea la gente del Madrid, no es plan. Son sus chispazos.

En esto que continúa el choque y en la portería de Misa, la guardameta madridista, hay alboroto, con la chavalería que anda gritando. No atisbo más que unos cuantos niños y niñas armando jaleo, pero en ningún momento importunan a la profesional de forma que se haga necesaria la presencia de la seguridad, pero Mr. Wilson (ahora lo rebautizo) sí lo considera y lanza algunos gritos dirigidos a un guarda que se encuentra en frente nuestra, en el césped. Evidentemente, ni le oye ni le va a echar cuenta. Pero él a lo suyo.


Durante el
match se suceden los cánticos de ánimo a favor de ambos contendientes, aunque suele escucharse más a la grada del escudo redondo, salvo cuando el Barça arremete y, obviamente, mete los dos goles finales que a la postre le dan el pase a la gran final.

En el devenir del partido hice algunas puntualizaciones a las alocuciones del polifacético y misterioso Fernández, y me sorprendo identificando jugadoras (es lo que tiene llevar meses siguiendo este deporte) y analizando táctica con cierto sentido común, a lo que el locuaz y perseverante Míster me espeta un directo y sincero "para no ser entrenador se ve que sabes de fútbol, te manejas bien". Sé lo que cualquiera, pero me hace gracia su comentario y tal vez él no sepa tanto...

Avanzada la prórroga, acontece algo surrealista, y es que confunde a la jugadora Naomie Feller, pues se creía que acaba de entrar al terreno de juego cuando había sido titular... ¡qué ojo, Sr. ojeador! 
Y este desliz, lo complementa con una perla machista, que seguramente no fuera con mala intención, porque al hombre se le veía disfrutando del fútbol femenino, para ser claros, y nunca le oí comentario despectivo, pero es lo que tiene contar con una edad y haber recibido cierta educación. Vino a decir, más o menos, que las mujeres tenían un problema llegadas a determinada edad en que "ensanchan", que era algo físico, y que ya no podían crecer, algo así comentó Don Mérida (patrocinado por "Don Balón").

Y como no hay dos sin tres, "Sossio, me sabe mal por Athenea y Misa, que son mis amigas"... Ya con esto caía la máscara del fantasma. Creo que me salió una sonrisilla socarrona, evitando hacer comentario alguno, para no cargármelo. En fin.

Para entonces, la apisonadora de las Bonmatí, Guijarro, Pina, Mapi, Bronze, Geyse, Oshoala y compañía ya había sentenciado el partido, dejando con la miel en los labios (y la rabia en los ojos) al R. Madrid.


Para cerrar este relato pseudo humorístico, me gustaría comentar el ambiente pos semifinal, con infinidad de niñas (sobre todo) en tromba abalanzadas sobre la valla que daba al césped, intentando cazar un simple autógrafo, hacerse un selfi con sus ídolas o conseguir una firma en una bota. Caras de felicidad, nerviosismo, gritos, ilusión palpable.
Oí a una chica ya pos adolescente comentar a voces a otra que Mapi León le había firmado su bota, y la cara de ella era catatónica.


Qué gran aventura viví, con anécdotas varias como habéis podido leer y sobre todo qué gustazo constatar que este deporte está más en alza que nunca.

Gracias a aquel señor llamado Fernández de Mérida o Señor Wilson o como se llamara por amenizarme la velada en ciertos momentos. Disfruté.

         "Si puedes verlo, puedes serlo"



                                                                                                      Fdo.: Arcano Indescifrable.











                                                                                                                                                      


Fotos que acompañan al texto, extraídas de Pixabay y de Pinterest.

Imagen de ojeador extraída de marcetfootball.com

Comentarios

  1. Uf, la redacción del artículo echa para atrás ⏮️, siento decirlo. Que sea una excepción. Probaré con otro contenido...Pero no veo talento alguno.

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    1. Gracias por pasarte, por tu esfuerzo por enturbiar sin conseguirlo, por dejar el mismo comentario que dejé en tu artículo sin ánimo de ofender, sólo una crítica constructiva. Te dolió. Bueno, lo que se ve, EXISTE

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